Sr. Presidente
Quiero pedir un homenaje , como motivo de concretarse el próximo 8 de marzo “el Día Internacional de la Mujer., ".
Para ello voy a enunciar unos versos extraídos de un poema de Víctor Hugo .que intentar resumir lo que siento en estos momentos
El hombre es capaz de todos los heroísmos;
la mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece;
el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía;
la mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza;
la preferencia representa el derecho.
Este 8 de marzo es un año más en que las mujeres de todo el mundo conmemoramos un hecho histórico de reivindicación de nuestros legítimos derechos
Si bien el Día Internacional de la Mujer se instaura en un hecho ajeno al país, rememorando a aquellas obreras textiles de los Estados Unidos que murieron en su lugar de trabajo exigiendo condiciones mas dignas e igualitarias de trabajo quiero resaltar las vivencias de mujeres argentinas que, en su lucha por la igualdad de sus derechos y la construcción de una sociedad más justa, hoy se constituyen en un ejemplo para las actuales y futuras generaciones
Este nuevo 8 de Marzo que se aproxima , nos obliga a hacer un balance de los logros alcanzados y de reconocimiento hacia aquellas mujeres que nos precedieron en esta labor de todas.
Una oportunidad de elaboración de propuestas y estrategias de acción para que, desde lo conquistado, podamos avanzar en un camino que no admite regresión.
En este marco de crisis en el que vive nuestro país, nuestra Provincia, nuestra ciudad , y también la crisis absoluta en la que están sumergidos muchos países del mundo, vale la pena hoy recordar por qué hablamos de la mujer.
Hoy todos sabemos que la injusticia tiene cara de mujer, que la marginalidad tiene cara de mujer, que la subocupación y la pobreza tienen cara de mujer, que detrás de cada mujer desprotegida en sus derechos hay una familia, porque ella se hace cargo de los niños, y muchas veces , a pesar de sus precarios ingresos es sostén del hogar.
Sabemos también que cada una de las situaciones de discriminación laboral tienen cara de mujer, que el acoso laboral tiene cara de mujer, y que cuando una mujer trabaja, a igual capacitación recibe menor salario.
Esta es la situación ante la cual nos enfrentamos, y es nuestro deber no solamente hacer un diagnóstico sino también trabajar para que esto se modifique. ¿Desde qué lugar? Desde el lugar del compromiso, pero también desde el lugar de la militancia.
Nosotras, las que estamos acá, somos militantes, no de espacios políticos ni religiosos ni tampoco de espacios sindicales o de la función pública, tampoco de espacios barriales, debemos ser militantes de la vida porque, en realidad, la hora exige una actitud frente a la vida para ser verdaderos transformadores de algo que castiga profundamente a un sector de la sociedad.
Pero también es dable decir que acá no defendemos posiciones fundamentalistas, no estamos hablando desde una barricada feminista ni llevamos adelante una pancarta, estamos hablando de igualdad de trato y de oportunidades, porque si bien la inteligencia no tiene sexo, la mediocridad tampoco la tiene.
Las mujeres sabemos muy bien lo que significa la diversidad de roles, porque los desempeñamos a diario, también sabemos que no lo hacemos desde una postura de víctima.
En realidad, lo que acabo de referenciar tiene que ver con la victimización del sistema ya que las mujeres sabemos también lo que significa superar obstáculos.
Quisiera, señor presidente , rendir un homenaje a todas las mujeres que representamos, a aquellas que no tienen voz y que construyen día a día, desde el esfuerzo, la dedicación y el compromiso, justamente el mundo que todos anhelamos construir.
Además, desde el Movimiento Nacional Justicialista debo decir que nosotras hemos tenido una mujer emblemática que hizo un aporte sustancial para las mujeres que hacemos política, y estoy haciendo referencia a la persona de la compañera Eva Perón y a la ley que consagro el voto femenino.
Creo que junto con ella, muchas mujeres de otros espacios partidarios pudieron hacer un aporte y un camino para que nosotras tomáramos la posta.
Quisiera recordar una frase de Eva Perón, que en ese contexto histórico hizo referencia al voto femenino : “Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Ha llegado la hora de la mujer argentina, íntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima. Ha llegado, en síntesis, la hora de la mujer argentina redimida del tutelaje social, y ha muerto la hora de la mujer relegada a la más precaria tangencia con el verdadero mundo dinámico de la vida moderna." y agrego : “Todos, absolutamente todos, en la apretada multitud, usando el mismo derecho, y por el mismo derecho de vuestros hombres, tenemos que trabajar por la defensa sostenida de las leyes, decretos, estatutos y ordenanzas que han dado al pueblo otra moral, otra suerte, un futuro mejor.”
Sin duda, ése es el desafío: compartir en la diversidad nuestras posiciones, reflexionar, consensuar y trabajar desde el conjunto para que las injusticias no se profundicen, para que se superen y todos, hombres y mujeres, mujeres y hombres, trabajemos por una sociedad más justa.
Por eso, este 8 de marzo Día Internacional de la Mujer , no es, para mí, solamente un ejercicio de memoria sino también una forma de interpelar, de invitar a otras a recordar, de compartir con ellas la memoria, a sabiendas de que sólo se puede, como dijo alguien, “mirarlas mirar hacia delante, lejos, largo y hondo.”
Como la mayor parte de las conmemoraciones el día internacional de las mujeres es una suerte de nudo de confluencia y dispersión de múltiples significaciones, una fecha en torno de la cual se tejen y destejen recuerdos y olvidos. El modo como se entrelazan esos recuerdos y esos olvidos depende del presente, pero también del pasado y de cómo miramos hacia lo por venir.
Tal vez de eso se trate para mí en este 8 de marzo en que intento interpelar a otras muchas para mirar hacia adelante, de compartir una mirada hacia delante pero también hacia atrás, de recuperar, a pesar de las muchas diferencias entre las mujeres un pasado que puede pertenecernos a todas, a todas aquellas que deseen recordar que las primeras luchas de las mujeres lo fueron en procura de derechos, de justicia, de paz.
Desde el fondo de los tiempos, y partiendo de condiciones tan desfavorables, hubo mujeres que se irguieron sobre sus limitaciones y la de sus tiempos, y emprendieron una batalla homérica que ha concluido con la incorporación de la mayoría de las banderas feministas a la lógica social
Referentes, entre miles, que hicieron posible el derecho al voto, el acceso a la producción, el aporte a la literatura y a la ciencia, a la política y a revolución. Las que enfrentaron al poder omnipotente, las que perforaron regímenes feudales, las que impidieron que le remataran sus campos, las que criaron a sus hijos, sostuvieron a su hogar y se sumaron y encabezaron movimientos sociales
Las que aportan su entusiasmo y sus ideas en los piquetes, en las fábricas autogestionadas, en las Asambleas Barriales. Las que aportaron desde el anonimato, las que derrotaron las derrotas, las que superaron el cansancio de la doble jornada, de las noches en velas, de los hijos enfermos, de los hijos desaparecidos. Inclaudicables militantes de la vida, que dan vida y luchan por un mundo mejor.
Para todas ellas vale este homenaje
Muchas gracias Sr. Presidente.